Texto completo de la homilía del papa Francisco en el Jubileo Mariano
El Rosario nos ayuda a descubrir cómo Dios actúa en nuestra vida-Papa Francisco
Ángelus en el Jubileo Mariano 9-10-2016
9 de octubre de 2016.– Al finalizar la Santa Misa celebrada en la Plaza de San Pedro con motivo del Jubileo Mariano, antes del rezo del Ángelus Domini, el Santo Padre Francisco ha dirigido a los fieles las siguientes palabras:
Palabras del Santo Padre
[texto original: italiano – traducción de Iglesiaactualidad]
Queridos hermanos y hermanas:
He recibido con dolor las noticias de las graves consecuencias causadas por el huracán que en estos días pasados ha azotado el Caribe, en particular Haití, dejando numerosas víctimas y desplazados, así como daños materiales considerables. Aseguro mi cercanía a las poblaciones y expreso confianza en el sentido de solidaridad de la comunidad internacional, de las instituciones católicas y de las personas de buena voluntad. Os invito a uniros conmigo en oración por estos hermanos y hermanas, tan duramente afectados.
Ayer en Oviedo (España) fueron proclamados beatos el sacerdote Genaro Fueyo Castañón y tres compañeros laicos. Alabemos al Señor por estos heroicos testigos de la fe, agregados a las filas de los mártires que han ofrecido sus vidas en el nombre de Cristo.
Dirijo mi más cordial saludo a todos vosotros, queridos peregrinos, que habéis participado en este Jubileo Mariano. ¡Gracias por vuestra presencia! Con vuestros quisiera repetir las palabras que san Juan Pablo II pronunció el 8 de octubre de 2000, en el Acto de Consagración jubilar a María: «Madre … queremos confiarte el futuro que nos espera. La humanidad … puede hacer de este mundo un jardín o reducirlo a un cúmulo de escombros».
En esta encrucijada, que la Virgen nos ayude a elegir la vida, acogiendo y practicando el Evangelio de Cristo Salvador.
El Rosario nos ayuda a descubrir cómo Dios actúa en nuestra vida-Papa Francisco
Ángelus en el Jubileo Mariano 9-10-2016
Palabras del Santo Padre
[texto original: italiano – traducción de Iglesiaactualidad]
Queridos hermanos y hermanas:
He recibido con dolor las noticias de las graves consecuencias causadas por el huracán que en estos días pasados ha azotado el Caribe, en particular Haití, dejando numerosas víctimas y desplazados, así como daños materiales considerables. Aseguro mi cercanía a las poblaciones y expreso confianza en el sentido de solidaridad de la comunidad internacional, de las instituciones católicas y de las personas de buena voluntad. Os invito a uniros conmigo en oración por estos hermanos y hermanas, tan duramente afectados.
Ayer en Oviedo (España) fueron proclamados beatos el sacerdote Genaro Fueyo Castañón y tres compañeros laicos. Alabemos al Señor por estos heroicos testigos de la fe, agregados a las filas de los mártires que han ofrecido sus vidas en el nombre de Cristo.
Dirijo mi más cordial saludo a todos vosotros, queridos peregrinos, que habéis participado en este Jubileo Mariano. ¡Gracias por vuestra presencia! Con vuestros quisiera repetir las palabras que san Juan Pablo II pronunció el 8 de octubre de 2000, en el Acto de Consagración jubilar a María: «Madre … queremos confiarte el futuro que nos espera. La humanidad … puede hacer de este mundo un jardín o reducirlo a un cúmulo de escombros».
En esta encrucijada, que la Virgen nos ayude a elegir la vida, acogiendo y practicando el Evangelio de Cristo Salvador.